El
Palacio de Cristal alberga en su interior la impresionante instalación de Soledad Sevilla, una réplica de sí mismo
que funciona como su segunda piel. Una piel porosa y efímera que
recrea un universo paralelo a través de conceptos tan
trascendentales como lo micro y lo macro, el interior y el exterior,
que en esta pieza se ven directamente relacionados, generando así
una paradoja poética y espacial en relación a la trascendencia del
hombre con el cosmos junto con el sentido de la vida.
Además
de que la estructura genera un submundo que deforma y refleja el
exterior, esta dualidad de elementos posibilita que el edificio se
transforme en un espacio de reflexión sobre la fragilidad del
lenguaje y la necesidad de comunicar y compartir.
¡Qué bonito!
ResponderEliminarGracias por compartirlo.
Besos.
que bien salgo de vision posterior (anatomicamente hablando)
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